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El 27 de octubre falleció el músico Lou Reed, y venimos a hacer justicia. Aunque no es un hecho demasiado conocido, participó en una enorme cantidad de soundtracks memorables para películas y series, tanto como escritor como intérprete. Aunque quizá el tema más conocido sea A Perfect Day, por Trainspotting de 1996; hay muchos otros que merecen menciones.
El músico siempre fue considerado un artista under, puesto que se mantuvo siempre alejado de los raitings y las tendencias mainstream. Fue apadrinado primero por Andy Wharhol y luego por el genial David Bowie, quien por cierto también tuvo su memorable paso por los soundtrack. El gran mérito de Reed reside en abordar en las canciones temáticas hasta entonces ignoradas, como la transexualidad, o la faceta menos feliz de la afamada ciudad de Nueva York.
Habiendo nacido en 1942, siempre fue considerado un niño problemático, sencillamente porque era bisexual. En su adolescencia, recibió tratamiento un psiquiátrico que a mi entender roza la tortura, con electroshocks para curarlo de la tendencia homosexual. El concepto de temas tabú de los que no se habla, de lo que los vecinos comentarían por lo bajo, es un punto de inflexión en la carrera. Porque son justamente estos temas a los que decide darle visibilidad.
Bien, respecto al soundtrack. Si bien Trainspotting es la más conocida, no debemos olvidarnos de V for Vendetta en la que participó como compositor, o Kill Them Softly, para la que apenas el año pasado escribió Heroin y Wrap Your Troubles In Dreams. También, recientemente había participado en la escritura de la banda sonora de Men in Black 3. Otros grandes soundtracks que le debemos son el de RocknRolla, donde también es intérprete; y Juno.
Incluso menos conocido que esto, es la participación que Lou Reed tuvo en series. Escribió canciones para Fringe, C.S.I., Medium, Crossing Jordan, Miami Vice, entre muchos más. Hasta Beavis and Butthead y El Príncipe de Bell Air, cuando Will Smith aun era un púber.
Por otro lado, fiel a su estilo underground; también ha participado en producciones que no han sido tan difundidas como estas; como en L’amour, de Philip Gröning o Ils se marièrent et eurent beaucoup d’enfants, de Yvan Attal No desesperen, está Johnny Depp, y se la conoce como Happily ever after, aunque en realidad sería algo como “se casaron y tuvieron muchos hijos”. No me imagino un título más de culto y underground que ese.
A Lou Reed se le había practicado un transplante de hígado en mayo de este año, gracias a cuyas complicaciones falleció seis meses después. Es una gran perdida no sólo para el mundo del rock, sino también para el cine; sabiendo más que nunca que la música es el alma de la película.