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Este año, HBO nos sorprendió con dos películas estrenadas sólo en televisión que arrasaron en nominaciones para los Emmy. Ya hablamos de una de ellas, y la otra es Phil Spector. Con Al Pacino como el famoso músico y productor, Helen Mirren (de The Queen) y Jeffrey Tambor (de Arrested Devolpment). No se trata de una bio pic de Spector, sino que retrata el juicio al que se enfrentó por la acusación del asesinato de Lana Clarkson y la relación con su abogada defensora, Linda Kenney Baden (Mirren).
El director es David Mamet, a quien quizá conozcan por Hannibal y Wag the Dog, dos excelentes muestras de lo que este director es capaz. Sin embargo, este ha sido un film polémico. Para abrir el paraguas antes de que llueva, HBO coloca una advertencia antes de comenzar afirmando que si bien la historia está basada en una situación real con personajes reales, es ficticia; y hace mucho hincapié en esto.
En 2003, Phil Spector invita a su casa a una actriz de clase B llamada Lana Clarkson. Ambos están completamente borrachos, y aunque ella es más joven que él, se lo conoce por ser un ladies’ gentleman; si saben a lo que me refiero. En un supuesto contexto de juego, ella recibe un disparo y muere; por lo que Spector es acusado de asesinato. En la realidad se declaró un juicio nulo y se lo volvió a juzgar en 2007; obteniendo una condena de 19 años de prisión. Pero el director Mamet cuenta otra historia. Tiene una hipótesis muy fuerte de que Spector es inocente y nos lleva a nosotros, los espectadores, a la conclusión de que fue condenado injustamente.
Nadie pudo quedarse indiferente ante semejante teoría. “Qué vergüenza para HBO darle luz verde a esta película y qué vergüenza para David Mamet por haberla escrito”, lanzó Ed Lozzi, en el New York Post, representante de Clarkson y quien también criticó el uso de los nombres reales de los personajes en la producción. Por otro lado, la hija de Spector, Nicole; también se manifestó en contra. Ella albergaba la esperanza de que la tesis sobre la inocencia de su padre lo ayudara a apelar la sentencia judicial, pero luego de ver el personaje de Al Pacino, no está nada complacida. “El que se muestra ahí no es mi padre. Nunca fue así”, sentencia.
Al Pacino encarna a un productor obsesivo y estrafalario, creído de ser el mejor en lo que hace sobre la faz de la tierra. Según quienes vivieron en los ’60, el gran error es haberlo mostrado alejado de las inquietudes creativas que caracterizaron al verdadero Spector, quien creó el “muro de sonido” y trabajó con los Beatles, Tina Turner y los Ramones. Pero para mí, como no conocía al Spector de esa época -treinta años antes de que naciera- fue impecable. Tanto él como Mirren superaron mis expectativas. Ella encarna a una abogada que se convence a sí misma de la inocencia de Spector, y podemos ver su transformación, su obsesión y la pasión por su trabajo aun cuando Bruce Cutler (Tambor) se aleja del caso. Todo eso condimentado con una neumonía crónica que la agobia cada vez más.
Aunque fue muy criticada, la película obtuvo 11 nominaciones al Emmy, incluyendo Mejor Actor, Mejor Actriz, Mejor Dirección y Mejor Miniserie o Película para TV. Pienso que probablemente las críticas se basaron en el hecho de querer juzgar algo sobre lo que un juez se había dispuesto. Recuerdo un profesor que me decía “al que es juez le toca juzgar, al que es periodista le toca informar. No se confundan”. Sobre todo esto, Mamet no se quedó callado: “Si Spector hubiera sido un ciudadano normal, nunca lo habrían culpado ni jamás habría levantado toda esta polvareda. Por eso, cada quien puede quedarse con su propia interpretación”. Lo cierto es que revivió un personaje que aun cumpliendo sentencia tras las rejas, no escapa a las polémicas.